domingo, 28 de febrero de 2010


Día 13 de Febrero: Ayer durante la cena me acode de que a las 20:00 hrs. debía ir a buscar mi ropa que había dejado para lavar, me levanté de la cena y fui a toda prisa a la lavandería, pero ya estaba cerrado. Volví al restaurante a terminar de cenar y me preguntaba si el sábado abrirían, tenía mis dudas ya que además de que era sábado, eran las fiestas del pueblo. Para hacerlo corto, el sábado pude recoger mi ropa lavadita a las 10:00 hrs. A continuación salí en dirección Ezquiel, iba a una velocidad de unos 120-130 km por hora, en carreteras asfaltadas por supuesto. Al cabo de 250 km paro a repostar en una area de servicio y al inspeccionar la moto me doy cuenta de que el plato trasero (Catalina le llaman por aquí) está totalmente desgastado, no tengo no idea si aguantará los 200 km que me faltan hasta mi destino. Me arriesgo y decido continuar hasta el siguiente pueblo que está a 100 km, pero iba acojonado, ya que entre medias no hay nada más que estepa patagónica. Fueron los 100 km más largos que recuerdo, será `porque no pasaba de 80 km/hr. Al llegar me acerco a dos motos que habían aparcadas, una 250 custom con matrícula de Punta Arenas, Chile y otra como la mía con matrícula de Texas (USA). Les comento mi preocupación y se acercan a ver el estado del plato, uno me dice que no llego ni a mi destino y el otro me dice que si pero que no le pida más. Ambos amablemente deciden acompañarme a baja velocidad hasta Ezquiel como apoyo. También aquí decido llamar a la empresa que me alquiló la moto y avisarles de lo acontecido, sorprendentemente me comentan que de inmediato me traen otro plato, que sobre las 22:00 hrs. estarán en Ezquiel con el recambio. Estamos hablando de que deben recorrer más de 600 km y cruzar una frontera para traerme la dichosa pieza. Pero esto no es todo, me entero que hay una concentración de motoqueros, como se denominan aquí ,en Ezquiel. Bueno, volviendo al último tramo de 100km hasta Ezquiel, llego sin contratiempos y decidimos los 3 alquilar una cabaña y compartirla. Después de dejar los bártulos en el hospedaje nos vamos a la concentración a ver el ambiente, no estaba mal, unas cervecitas por aquí, otras por allá, etc. También tenían 8 corderos que estaban cocinando al estilo patagónico, lamentablemente no los pude catar, ya que justo cuando se iban a comenzar a repartir, debía acercarme a la cabaña a ayudar a cambiar el plato que entre tanto había llegado. Me quedé impresionado al ver el medio de transporte que se utilizó para traerme el recambio, una moto, si una buena moto pero al final una moto,…hasta dónde puede llegar la afición. Cambiamos el plato y continuamos a cervezas en la recepción del complejo conjuntamente con el recepcionista, el que trajo el recambio y los colegas de las otras dos motos. Desde aquí deseo dar las gracias a Roberto, por traerme la pieza en tan poco tiempo, Juan Carlos y Cristian por acompañarme en el trayecto y al recepcionista, ese melenas ,que no se cuantas cervezas aportó. Una vez más se cumple el dicho, “no hay mal que por bien no venga”. Insisto en lo que dije hace unos días, las soluciones se van dando solas a los acontecimientos que van sucediendo…


2 comentarios:

  1. Qué buena gente te estás encontrando Richard, será porque tu los atraes con tu humanidad.

    Un abrazo.

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  2. Vaya, vaya.........lo que da si una catalina!!!!

    Vigila que la cadena no este "estirada", porque volverias a degradar la catalina!!

    Como se lo montan estos moteros en sus fiestas....digho de ver!!!!

    Un saludo para todos ellos!!!!

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